Las relaciones de
pareja en la generación actual se convierten en fugaces, donde pareciera que el
deseo y la satisfacción de los mismos han tomado un papel fundamental para el
establecimiento de las relaciones, en ocasiones sin mediar consecuencias. Los espacios de encuentro se entremezclan en el mundo virtual y el real.
La satisfacción
de las emociones toma un rumbo asociado al déficit en el control de impulsos, caracterizado
por la inmediatez de la satisfacción de los sentidos, los medios de comunicación
masiva contribuyen a aquello, desde programas donde la satisfacción hedónica es
la que prima, convirtiendo al espectador en un dispositivo de respuesta puro.
Socialmente se construyen entornos de satisfacción emociones que impacta en
mayor medida en la población adolescente y joven; y no positivamente.
La actual cultura tiene un efecto en el sentir como en el rol de espectador, dejando un vago esfuerzo
al pensar y reflexionar. El cuerpo queda como protagonista de las
interacciones en diversos entornos socio-culturales. Re-nombrando la
masculinidad como feminidad en la estructura externa y visible, mas no en el núcleo,
caracterizada en la actualidad por ausencias, las mismas que trazan nuevas
formas de sentir en la población principalmente joven.
La adolescencia
pareciera que se encuentra en la actualidad alterada y constantes crisis como extendida, al observar modelos
sociales que amplían los comportamientos a edades que traspasan los treinta con posturas inherentes a menores edades. Los modelos
transmitidos por los medios de comunicación innegablemente impactaran a la
población, normalizando la patología, en las formas de vinculación. Relaciones en
adultos con matices de adolescencia precaria. Donde la emancipación del adolescente
se hace mucho más tardía en nuestro medio.
Si bien la
cultura se configura en un tiempo y reconfigura en otro, no existe una
denominación estable, si no que esta se construye en cada momento, la actual cultura
y usos contemporáneos genera un impacto de violencia en la sociedad actual, la
adolescencia caracterizada por momentos de crisis se traslada al adulto joven, por consiguiente,
experimentando procesos de crisis que se fijan en etapas de desarrollo que se amplían.
En este proceso
de re-configuración de la cultura, la migración actual, no lleva a un nuevo
cambio de modelo, que se encuentra en proceso aun, generando dificultades como
aportes tanto a foráneos como locales.
Nos encontramos
en un momento de crisis, donde el descontrol de los impulsos se convierte en
parte de lo cotidiano y generadora de nuevos problemas, que impactan en la
salud mental de los diversos grupos, desde la traumatización directa como
vicaria.
Psicólogo Alvaro
Silva Távara
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